HA 05 - VIN MOUN - CRECIENDO COMO INDIVIDUO: CURSOS DE ALFABETIZACIÓN DE ADULTOS
Lugar del proyecto
Anse-à-Pitres es una ciudad ubicada en el extremo sureste de Haití, en la costa caribeña, fronteriza con Pedernales, República Dominicana, y a unos 140 km de la capital, Puerto Príncipe. Anse-à-Pitres es uno de los cuatro cruces fronterizos oficiales de Haití, pero también el más pobre y desatendido. Cada día, cientos de mujeres haitianas cruzan la frontera para realizar pequeños negocios o trabajo doméstico en República Dominicana, a menudo mal remuneradas y en condiciones precarias. Para muchos migrantes haitianos, Anse-à-Pitres representa no solo la puerta de entrada a República Dominicana, sino también el inicio de largos viajes a otros países. Sin embargo, en los últimos años, esta pequeña ciudad fronteriza se ha convertido en un refugio para varios grupos vulnerables: por un lado, quienes huyen de la violencia de las pandillas, especialmente en la capital; por otro lado, aquellos deportados de la República Dominicana que buscan un nuevo comienzo.
Hoy en día, los desplazados internos y los repatriados constituyen la mayoría de la población local. Las recientes políticas migratorias dominicanas, cada vez más restrictivas e impulsadas por la falta de documentación regular en más del 50% de los haitianos, han provocado un drástico aumento de las deportaciones masivas. Los cruces fronterizos se han vuelto más difíciles y los tiempos de espera cada vez más largos. Así, Anse-à-Pitres, antes considerado simplemente un punto de tránsito, ahora se enfrenta al reto de acoger e integrar a miles de personas que, a menudo contra su voluntad, se ven obligadas a asentarse en una zona carente de servicios y oportunidades. Este contexto dificulta enormemente cualquier proceso de inclusión y reconstrucción de sus vidas.
Descripción del proyecto
La inseguridad educativa ha persistido en Haití durante demasiados años. Esta situación explica por qué solo el 53% de la población está alfabetizada, mientras que un 47% de los adultos (de 15 años o más) no sabe leer ni escribir. En zonas rurales como Anse-à-Pitres, la tasa de analfabetismo aumenta aún más, alcanzando el 80%. El acceso a la educación se ve obstaculizado por un contexto de inseguridad crónica y pobreza extrema, lo que ha favorecido la proliferación de escuelas privadas (que representan el 80% del total), a menudo inaccesibles para las familias más vulnerables. En consecuencia, la tasa de abandono escolar es muy alta, especialmente entre las niñas. Los niveles de educación siguen siendo muy bajos: solo el 57% de los niños asiste a la escuela primaria y tan solo el 21% a la secundaria. Dada la alta tasa de migración de la población haitiana, el analfabetismo representa un grave factor de riesgo, exponiendo a muchas personas a la explotación, el abuso y la violación de sus derechos fundamentales.
Como comunidad intercongregacional, trabajamos estrechamente a diario con personas, especialmente mujeres, que no saben leer ni escribir: promovemos proyectos de microcrédito para mujeres que dirigen negocios entre Haití y República Dominicana, ofrecemos apoyo académico a niños que no han podido acceder a la educación formal, ayudamos a personas sin identificación legal a preparar documentos y brindamos apoyo humanitario a deportados y desplazados internos. Muchos de ellos, incluyendo jóvenes de entre 25 y 30 años, especialmente mujeres, ni siquiera saben escribir su propio nombre.
De este contacto directo con la realidad nace el deseo de nuestra comunidad de hacer algo concreto, por pequeño que sea, para ayudar a mejorar la vida de algunas de las personas que viven cerca de nosotras. En nuestro proyecto de alfabetización, hacemos más que simplemente enseñar los fundamentos de la lectura, la escritura y la aritmética. Para nosotras, estas habilidades se convierten en el punto de partida de una educación integral capaz de transformar la vida de las personas. Para quienes deciden establecerse aquí, el programa de capacitación es una oportunidad para tomar conciencia y construir un futuro más digno. Para quienes deciden continuar su viaje migratorio a otros países, les proporciona herramientas adicionales para afrontar nuevos desafíos.
Esta formación se concreta mediante reuniones temáticas diseñadas para fomentar la concienciación, pero también mediante actividades prácticas, como microcréditos o apoyo a mujeres que desean emprender pequeños negocios. En un contexto de gran incertidumbre económica, estas iniciativas no solo mejoran las condiciones de vida, sino que también permiten a las familias garantizar la educación de sus hijos, contribuyendo así a romper la dolorosa cadena del analfabetismo que afecta profundamente a Haití.
Para implementar el proyecto, involucramos a colaboradores locales, entre ellos: un joven director de escuela primaria, que nos apoya en la coordinación y también actúa como mediador cultural y lingüístico; ocho tutores locales, responsables de la docencia; varias escuelas primarias que ofrecen sus instalaciones para impartir el curso; y varias personas invitadas a debatir temas específicos.
Las clases se imparten dos veces por semana, con una duración total de cuatro horas, por la tarde, el único horario disponible para quienes trabajan, ya que la falta de electricidad dificulta las actividades nocturnas, que en realidad serían más adecuadas. El curso está abierto a todas aquellas personas que no pudieron asistir a la escuela o que abandonaron sus estudios en los primeros años de la educación primaria y que, debido a la edad o las condiciones de vida, ya no pueden integrarse en el sistema escolar tradicional.
Objetivos
- Ofrecer a las personas las herramientas esenciales para afrontar la difícil emergencia humanitaria que viven con mayor conciencia y dignidad.
- Fortalecer sus capacidades para promover una transformación real y sostenible en sus vidas
Beneficiarios
Directos: 120 personas, en su mayoría mujeres
Indirectos: familias y sociedad
Hermana referente del proyecto: Hna. Luigia Coccia
Costos del proyecto